LA TARTANA TEATRO

La Tartana Teatro inicia un periodo de formación con el gran titiritero Francisco Peralta hasta que nacen como formación teatral en 1977. Ya desde sus inicios se decantan por la acción visual y por la presencia de la marioneta y del objeto como elementos básicos de la escena. A partir de 1987 la compañía remodela su organización, refuerza el equipo artístico y empieza una nueva etapa donde el placer por el riesgo se transforma en un trabajo riguroso e inmerso en el teatro contemporáneo. Juan Muñoz y Carlos Marquerie son los responsables artísticos de esta etapa tan fructífera, en la que consiguen un gran reconocimiento. La periodista Rosana Torres los ha considerado “unos revolucionarios de la escena” y dijo que “su teatro estaba impregnado de coherencia y de imágenes bellísimas, muy difíciles de olvidar”. De este periodo son los espectáculos Es peligroso asomarse, Lear, La flauta mágica, Medea Material, etc. Precisamente La flauta mágica se estrenó en Ontinyent el verano de 1988 dentro del programa de la Mostra Internacional de Titelles.

A partir de 1996 Juan Muñoz dirige en solitario a La Tartana y empieza una nueva etapa caracterizada por la producción de espectáculos para público familiar y por la vinculación a la Sala Pradillo de Madrid, que se convertirá en centro de creación para la compañía. Estrenarán nuevas producciones como La Roca y la colina (1996), Frankestein (Premi Max 1988), Las aventuras del Barón (1998), Fausto, un alma para Mefisto (2001), El niño y los sortilegios (2005), Piratas (2006) y Vacamioneta (2008).