Teatro de títeres tradicional inglés

La fecha y el lugar donde nació Punch parece exacta: el 9 de mayo de 1662 en Covent Garden, en el mismo corazón de Londres. El escritor inglés Samuel Pepys da prueba de ello en su Journal (1660-1669).

El autor de este gran estreno fue un titiritero italiano: el señor Pietro Gimonde de Bolonia, alias Polichinella. Las fiestas de la restauración y la liberación de las leyes contra el teatro dictadas por Cromwell atrajeron al señor Pietro a Londres. Este italiano actuaba con fantoccini o marionetas de hilo, una técnica más perfeccionada que la de guante, con la que los titiriteros italianos habían obtenido un gran reconocimiento en toda Europa. A pesar de esta referencia tan concreta en lo que respecta al nacimiento de Punch en Gran Bretaña, hemos de reconocer que el proceso de introducción en el país sería más complejo, más ramificado y bastante más largo en el tiempo.

La doble procedencia continental e inglesa del personaje determinan sus características físicas, psicológicas y dramatúrgicas. El aspecto físico de Punch, su máscara, su perfil, sus vestidos, proceden de una tradición popular que es probablemente más internacional que inglesa, cuyo arquetipo es la máscara de Polichinelle. No podemos asegurar si el origen del personaje es italiano o francés, pero los ascendentes franco-italianos de Punch no tienen nada de accidentales y forman parte de la primera generación de marionetas europeas derivadas de Polichinelle. Sus parientes son bien conocidos: Kasperl, que nace en Austria y se extiende a la República Checa y Alemania; Hans Pickelhering en Holanda, Don Cristóbal en España y Petrouchka en Rusia.

A lo largo del siglo XVIII el espectáculo se estructura en torno a un hecho característico: la maldad absoluta. Los contactos que tiene Punch con el poder siempre terminan en escapada. No para de cometer crímenes: mata a su hijo, su esposa y familiares más próximos, hasta la llegada del demonio-justiciero que Punch terminará masacrando.

Desde 1750, hay cerca de treinta teatros en Londres y alrededores donde se presentan espectáculos de Punch. Algunas salas presentan equipamientos técnicos avanzados y puestas en escena propias de grandes espectáculos. El fenómeno se extiende por todo el país y por Irlanda. Dublín acaba siendo una capital de marionetas. Paralelamente a estas empresas teatrales ambiciosas, la tradición de calles y ferias continua, y cuando llega la decadencia a finales de siglo, Punch vuelve a la calle y recupera su rigor y popularidad con la técnica de guante y el teatrillo.