Indonesia

Un poema escrito por Empu Kanwa en el siglo X demuestra la antigüedad del teatro de sombras en Java. Como tantas otras formas tradicionales de teatro en Asia, los títeres se inscriben dentro de una tradición social y religiosa que la evolución contemporánea está ahogando. Es en Java donde el teatro tradicional de Asia perdura de una manera viva, debido a los últimos sultanes y al Estado, que ha creado academias donde se enseña la música, el teatro y las danzas tradicionales. Algunas formas teatrales han desaparecido prácticamente en la actualidad o sólo se presentan en ocasiones excepcionales. El wayang (marioneta) madya existe todavía en el Palacio de Surakarta y cuenta, desde 1880, la historia de los soberanos de Java-Este en el siglo XV. El wayang pancasila utiliza personajes modernos para narrar la lucha por la independencia contra los holandeses. El wayang katolic se representa sobre todo en las iglesias por Navidad. El wayang kilitik tiene como repertorio el Mahabharata y la historia del héroe Damarwulan. El wayang golek, que data del 1808, todavía se mantiene muy vivo en Java. Los títeres están tallados en madera y tienen la cabeza móvil. El wayang kulit es el teatro de sobras javanés y posee una riqueza excepcional, tanto en la forma como en el repertorio.

 

Wayang kulit: Las figuras se recortan sobre piel de búfalo joven, que es tratada hasta obtener un pergamino translúcido sobre el que se reproduce un dibujo con una forma y un acabado fijados por la tradición.

Los títeres se dividen generalmente en dos categorías: los buenos, héroes vencedores que tienen una cara fina y una nariz puntiaguda, y los malos, de formas más toscas, con una nariz gruesa y un cuerpo deformado. Los colores tienen también su significado, sobre todo los de la cara: se utiliza el blanco para la joven princesa, negro para marcar la sinceridad, rosa para la violencia, rojo para la audacia, etc.

La pantalla, hecha con una tela de algodón blanca, tiene unas medidas de 5 metros de largo por 1’50 metros de altura. Antes, la iluminación dependía de una lámpara de aceite de coco pero recientemente se ha introducido la iluminación eléctrica.

Detrás del dalang (titiritero) se encuentra la orquesta, el gamelan, formada por instrumentos de cuerda, viento y percusión. Normalmente hay catorce músicos, además de las cantantes, que interpretan canciones de la literatura tradicional o canciones modernas.

Cuando las primeras notas del gamelan anuncian la representación comienza a anochecer. Los espectadores se sientan ante la pantalla y se disponen a presenciar un espectáculo que durará hasta el amanecer.